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Un tercio de nuestra vida la pasamos durmiendo, durante esta actividad de descanso reponemos y recuperamos energía para cuando estemos despiertos. Con frecuencia ni nos damos cuenta de la importancia de esta actividad, hasta que no podemos dormir. Entonces si que nos preocupamos, hasta el punto de volverse una obsesión.
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Es por eso que descansar correctamente, tiene una influencia directa en nuestro bienestar físico y mental, pues tanto el cuerpo como la mente necesitan recuperarse del estrés y el ritmo acelerado acumulados a lo largo del día.
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Cuando este descanso no es correcto, cuerpo y mente se resienten. Si es adecuado, los órganos y sistemas del cuerpo se benefician, especialmente la columna vertebral, que por estar sometida al duro trabajo de soportar el peso del cuerpo y los esfuerzos asociados a las actividades del día a día, necesita un buen descanso para su rehidratación.
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Un equipo de descanso adecuado y en buen estado, es esencial para lograr un sueño reparador, que nos permita enfrentar cada día, en las mejores condiciones físicas y mentales.
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La falta de sueño puede interferir con nuestra actividad diaria, las relaciones sociales y el humor. Puede ocasionar una reducción de productividad e incluso provocar accidentes.
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Investigaciones de la Universidad de Chicago afirman que dormir ni es pecado, ni una pérdida de tiempo, sino que es tan importante como el ejercicio para un organismo saludable, y es posible que evite la diabetes, la pérdida de memoria, la presión sanguínea alta y la obesidad.
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Un equipo de investigadores, realizó el seguimiento de once hombres saludables durante dieciséis noches para monitorear su metabolismo y niveles hormonales. En algunas noches los hombres durmieron ocho horas, en otras, cuatro. La investigación demostró que la falta de sueño provocó que disminuyeron en un 40% el tiempo que utilizan los niveles de azúcar en la sangre para volver a la normalidad después de comer, así como una reducción del 30% en la capacidad de segregar insulina. Estos dos factores conducen a la persona a comer en exceso y también son indicadores de diabetes Tipo 2.
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La falta de sueño también causa concentraciones elevadas de la hormona cortisol, que puede provocar la pérdida de memoria. Las investigaciones concluyeron que la falta de sueño tiene el mismo efecto en el organismo que la tensión de origen emocional. La conclusión es: trabaje y juegue menos y duerma más.
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Es evidente la importancia que tiene el sueño en nuestras vidas, ya que se calcula que pasamos una tercera parte de ella durmiendo. Pero depende, principalmente, de nuestra edad.
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Diversos estudios revelan, que los bebés duermen cerca de 17 horas, que reducen a 9 ó 10 horas cuando se van haciendo mayores. La mayoría de los adultos necesitan entre 7 y 8 horas de sueño cada noche, aunque normalmente, estas serían menos según el individuo envejezca. Las personas mayores necesitan menos horas de sueño que el adulto joven, y es frecuente que por las noches se encuentren despiertos, especialmente si durante el día han dormido la siesta. En todo caso hay que tener en cuenta que existen grandes diferencias entre unas personas y otras.
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Generalmente, damos por supuesto que el dormir es algo normal, pero en las dos últimas décadas, el mundo occidental ha modificado sensiblemente sus pautas de vida cotidiana de tal forma que, si hoy comparamos nuestros horarios con los de hace 20 años, notamos diferencias muy significativas, por lo que es menor la cantidad de horas que dedicamos al reposo nocturno.
